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Ruta de los castillos del río Sió en la Segarra

La Ruta de los Castillos del Sió discurre básicamente por una zona llana surcada por el río Sió, con un recorrido de casi 42 km. El punto de partida y llegada es Cervera.

La comarca de La Segarra es conocida como la “tierra de castillos” por el gran número de fortificaciones que se alzan. En los siglos XI-XII en este lugar, cruzado por el valle del río Sió, se dibujaba la frontera entre los condados catalanes cristianos y el Al-Andalus árabe.

La Ruta de los castillos del río Sió en la Segarra coincide plenamente con las líneas de frontera que se crean en la Marca Superior Hacia finales del siglo X.

Durante la reconquista a mediados del siglo XI, la orilla del río Sió fue conquistada a los árabes y repoblada. Al convertirse en zona fronteriza entre los reinos comenzaron las construcciones de los castillos e iglesias con el fin de garantizar la presencia cristiana y la difusión del culto.  De esta forma el río Sió se  convierte en espacio de frontera en estas tierras, además de área de comunicación social, cultural y económica.

La ruta como es lógico discurre siguiendo el cauce del río Sió que da nombre a la misma, en la comarca de la Segarra. El río  Sió no ha sido muy conocido tradicionalmente, pero pese a su escaso caudal es un río largo y se ha convertido en un espacio de frontera en la historia de estas tierras, ofreciéndonos una visión histórica de las construcciones entre finales del siglo X y principios del XII. El Sió nace en Gàver , municipio de Estaràs, en la Alta Segarra, atraviesa la Segarra, el Urgell y la Noguera y desemboca en el río Segre a la altura de Balaguer. Tiene aproximadamente unos 77 km de longitud.

El río Sió determina un recorrido temático que coincide plenamente con las líneas de frontera que se crean en la Marca Superior hacia finales del siglo X y comienzos del XI y que dibujan un paisaje histórico y monumental muy característico. En época de reconquista se proliferaron torres de defensa y posteriormente, núcleos urbanos.

El río aparte de convertirse en obstáculo natural que delimitaba la frontera se utilizo como fuerza motriz para mover diferentes molinos de harina, de manera que se hicieron captaciones hidráulicas en diferentes puntos del recorrido.

En los distintos tramos de la ruta se pueden hallar varios castillos visitables y lugares con un alto valor monumental .

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El castillo de Concabella

Ruta de los castillos del río Sió en la Segarra

Concabella es una entidad de población del municipio de Plans de Sió en la comarca de la Segarra. Situado cerca de la orilla derecha del río Sió, alrededor del antiguo castillo de Concabella y de la iglesia parroquial de San Salvador. Al sur del término se encuentra el antiguo castillo de Ratera, que se convirtió posteriormente un molino. Formó parte del antiguo término de Aranyó.

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El castillo de Mejanell

Ruta de los castillos del río Sió en la Segarra

El castillo de Mejanell conocido también como Torre de Mejanell púas del primitivo castillo siquiera nos ha restada parte del portal estructura de la torre de defensa, actualmente adosada a una vivienda. Pertenece al municipio de Estaràs miedo pocos metros, ya que el nucleo habitada más cercano es San Ramón, situado al oeste. Se levanta en el extremo de una pequeña colina delimitado por dos modestos barrancos y búsqueda de la iglesia románica de San Pedro de Mejanell.

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El castillo de Vicfred

Ruta de los castillos del río Sió en la Segarra.

El castillo de Vicfred.

El castillo de Vicfred está situado en la meseta que separa la cuenca del río Llobregós  de la del río Sió . Una ubicación excelente para vigilar los avances del enemigo. Vicfred marcaba el límite entre el Condado de Urgell  y el de Cardona . Hoy día vemos una residencia señorial pero el origen fue el de un castillo de frontera. Es un monumento protegido como Patrimonio Arquitectónico Catalán del municipio de Sant Guim de la Plana ( Segarra).

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El Castillo de Ratera

Ruta de los castillos del río Sió en la Segarra

El  Castillo de Ratera , también conocido como Castillo Molino de  Ratera  (en catalán : Castillo de Ratera o Castillo Molino de Ratera) Se encuentra en el  municipio  de  Els Plans de Sió  en la  comarca  de la  Segarra.

Fecha del  siglo IX , época en la que era muy Probablemente una segunda fortificación del  castillo de Concabella , ya que de Hecho misma en el plazo municipal de  Concabella .

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El castillo de Montcortés

Ruta de los castillos del río Sió en la Segarra

El castillo de Montcortés es un castillo de Montcortès de Segarra, en el municipio de Plans de Sió, en la Segarra. Es un monumento histórico declarado bien cultural de interés nacional. Está situado aisladamente en la parte más alta del casco, sobre una gran risco y ante una pequeña capilla, en la parte baja se encuentran las casas que posteriormente conformaron el pueblo.

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El Castillo de Las Pallargues

Ruta de los castillos del río Sió en la Segarra

El Castillo de Las Pallargues debe su nombre a los pajares que tenía. En mitad de la villa de Les Pallargues, Lleida, se encuentra esta fortaleza que se alzó en un territorio de lucha continua entre moros y cristianos. En 1315 su propietario fue Berenguer de Rajadell y después pasó al señor Concabella.

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Villa de Montfalcó Amurallado

La villa de Montfalcó amurallado se encuentra situada en lo alto de una colina que sobre el arroyo de Vergós y del río Sió, dentro de la entidad de población agregada al municipio de Les Oluges en la Segarra en Lérida.

El castillo de Montfalcó está situado dentro de la villa de Montfalcó amurallado y fue construido posiblemente a mediados del siglo XI, cuando fue conquistada y repoblada la zona de la confluencia del Vergós con el Sió, por el conde Bernatde Berga, el cual integró el castillo a la marca del condado de Cerdanya.

La fortaleza de Montfalcó fue muy apreciada, tanto para los cristianos como por los sarracenos, utilizándose en la defensa durante las guerras con Pedro I de Castilla.

Se trata de un ejemplo excepcional de villa cerrada, su perímetro está totalmente rodeado de un muro de unos 8 metros de altura y 1 metro de ancho, edificado sobre basamento calizo natural de la colina y que se conserva en bastante buen estado, al que por la parte del interior se adosan muchas de las construcciones de la villa. La villa tiene una única puerta de acceso, que es doble y de arcos adintelados, al este de la plaza central se encuentra la cisterna que almacena agua. La parte fortificada del noroeste es la que tiene más interés arquitectónico.

La muralla es visible solo por fuera del recinto, y está formado por sillares rectangulares unidos con mortero de cal que dejan de vez en cuando un hueco para el andamio, alternando con sillares cuadrados.

La datación no está muy clara pero teniendo en cuenta la superficie, parece posible que la construcción se puede situar en un momento avanzado de la edad media y no en los orígenes del núcleo habitado justo después de la conquista cristiana.

El castillo feudal de Montfalcó se menciona en 1043 (Monte Falconi). Probablemente Montfalcó estuvo en principio bajo el dominio de los condes de Cerdanya. En 1079 era señor del castillo Ramón Miró y en 1095 Dalmau Bernat de Berguedà en nombre de Guillem Ramón, conde de Cerdanya. En 1135 Guillem de Berguedàprestó homenaje a Ramón Berenguer IV por este castillo y otros. En la segunda mitad del siglo XII, el castillo consta documentado en el testamento sacramental de Berenguer de Altés (1157) «ipso castro de Monte Falcon». También en un primer testamento de Ramón de Cervera (1172). Ramón de la Guardia, que tenía algunos derechos sobre la fortaleza, se los lega a su hija Berenguela (1179). Ramón de Cervera en un segundo testamento otorgado el 1182 ratificaba el primero a favor de su hijo Guillermo y, si éste moría sin hijos legítimos, a la hija Timbor. En 1189, Ramón de Cervera vuelve a testar y lega Montfalcó a su hija Marquesa, esposa de Guillermo de la Guardia que, al testar en 1234, deja el castillo a Isabel de Torroja, esposa de Ramón Folc de Cardona. El castillo pasó a formar parte del vizcondado y más tarde condado y ducado de Cardona formando parte de la alcaldía de Torà. Permaneció así hasta la abolición de los señoríos en el siglo XIX.

Leyenda:

Cuenta una leyenda que en época de la Edad Media, que fue una época en la que las disputas entre nobles rivales y entre la nobleza y el rey, eran muy frecuentes. Durante una de estas disputas resulto atacado Montfalcó. Después de mucho tiempo de batallas, los de Montfalcó se retiraron al interior de la villa amurallada y una vez dentro se defendieron de tal manera que los del bando que les rodeaba no pudieron tomar la población y su situación hizo que se causaran muchas bajas, por lo que decidieron sitiar la villa, con la intención de que los de Montfalcó se rindieran antes de morir de hambre. El tiempo pasaba y no había señal alguna de rendición por lo cual deciden probar una nueva táctica: que los sitiados se pelearan entre sí como había hecho El Cid Campeador en Valencia, para ello, y copiando la táctica, las catapultas de los sitiadores comenzaron a lanzar mensajes incitando a la gente a rebelarse contra sus jefes, y como había hecho El Cid, los mensajes iban atados a panes, con la idea de que si los sitiados pasaban hambre, la vista del pan recién hecho los incitaría a rendirse. La respuesta de los defensores de Montfalcó no se hizo esperar y las catapultas de la fortaleza empezaron a lanzar sobre el campamento enemigo mensajes desafiantes, ¡atados a pescados frescos! Con lo cual los que perdieron el ánimo fueron los sitiadores, que muy pronto levantaron el cerco. Y es que, según cuenta la leyenda, parece ser que hay un túnel al que la gente de Montfalcó y de Les Oluges lo llaman «mina», que va desde Montfalcó hasta Les Oluges y desde allí hasta la atalaya que hay a poniente del pueblo y que se denomina el «Molino de Viento», pasadizo por el que los sitiados de Montfalcó se aprovisionaban de víveres.